viernes, 6 de marzo de 2009

La gran ciudad

La gran ciudad. Camina a contracorriente en un mar de gente, se da cuenta de que no existen las miradas, ni los olores, ni las líneas. Cada roce es espúreo y cada rayo proyectado. En cambio, no hay nada más real que las huellas en el asfalto, que nadie ve. Destila a diario los principios de cada sensación, por miedo a que un día pueda oler ese perfume y pensar que es real. Y cada día, lo anota en su cuaderno de bitácora, sabiendo que no conocerá jamás la parada con conexión al mundo real, que es un mero observador, más cárcel que...que la gran ciudad.

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